Crean un lugar de relajación después de un día de trabajo, estrés y ajetreo, con vista al jardín, o un lugar solo para leer un libro y respirar.
Una jornada laboral agotadora merece una recompensa, un premio que uno pueda saborear todos los días al llegar a casa. La calma. La tranquilidad. El sosiego. No existen palabras mejores para contrarrestar los agobios en el trabajo. El concepto “hogar” fue creado precisamente para eso, para que uno sea capaz de refugiarse entre la intimidad que ofrecen sus muros, para sentirse a gusto. En cualquier hogar tiene que existir un espacio que procure ese bienestar. Una estancia apartada del mundanal ruido, debidamente equipada. Con lo esencial para alejarnos de todos y hallar un remanso de paz en nuestra rutina.

La iluminación es esencial
Una habitación y/o lugar, pensada para relajarse no puede entenderse en un espacio hermético, cerrado, donde no entre la luz exterior. Si es al aire libre es mejor.
Decoración
No cargues demasiado el ambiente, no dispongas la habitación con numerosos elementos de mobiliario. Al preparar un cuarto que cumplirá con funciones relajantes, la decoración tiene que ser la indispensable. Recargarla de forma innecesaria conducirá a la tensión, al nerviosismo.
Incluye tus pasatiempos favoritos
Refugiarte en esta habitación.También equivale a buscar cobijo en lo que más te gusta, siempre y cuando esas aficiones procuren quietud y reposo. Si lo tuyo son los libros y las novelas, podrás reservar un espacio para tenerlos al alcance de la mano.

Cualquiera puede tener un espacio de relajación en su hogar. Es más: cualquiera debería tenerlo. Y como habrás podido comprobar, prepararlo no conlleva demasiados esfuerzos. Lo último que deseamos es provocar nerviosismo al montar un cuarto destinado a ofrecer lo opuesto
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