Generalmente la gente suele asociar el color negro con cosas negativas, oscuras, y sin duda es uno de los colores más difíciles de utilizar en la decoración de interiores, además de ser una tonalidad que roba mucha luz. Pero también es un color que transmite elegancia, sobriedad y mucha personalidad a un ambiente. Se caracteriza por ser un color elegante, versátil y normalmente lo solemos ver acompañado del blanco.
Lo primero que debemos tener en cuenta para utilizarlo es que al ser un color que quita luminosidad debe siempre estar en espacios con una muy buena fuente de luz ya sea natural o artificial.
Por esa misma razón lo más apropiado es utilizar los tonos oscuros como el negro, en habitaciones muy luminosas y que sean amplias, como cocinas y en baños. Lo ideal es siempre combinarlo con tonos más neutros para contrarrestar su fuerza; y si tienes que decidirte por un estilo, los perfectos para introducirlo son el minimalista, el estilo japandi y por supuesto el nórdico.
Si la habitación que queremos pintar de negro es pequeña (aunque tenga buena iluminación) corremos el riesgo de aumentar la sensación de pequeñez, para evitar esto, lo mejor es combinar el negro con un blanco de fondo y utilizar el negro en pequeños complementos como cojines, cuadros o pequeños muebles.
Otra de las características del color negro es su gran versatilidad, este color usualmente suele asociarse con ambientes modernos, pero realmente es un tono que se adapta casi a cualquier ambiente o estilo decorativo, siempre que se combine con tonalidades más claras, el negro no desentonará en casi ningún ambiente en el que se coloque.
El negro es un color que también se asocia con la frialdad, porque es un tono que no transmite calor a los ambientes . Esa característica lo hace ideal para la decoración de una cocina, ya que es un lugar que irradia muchísima energía. El negro es un color que le dará un toque diferente y moderno a tu cocina.
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